Las previsiones de producción de aceite de oliva se han reducido.
De acuerdo con los datos publicados por Cooperativas Agroalimentarias baja casi un 10% con respecto a la campaña 2009/2010, siempre condicionada a una climatología sin fenómenos adversos extremos.
Son 1,26 millones de toneladas que, a pesar de la caída, continúa siendo una cosecha superior a las dos anteriores, en particular la 2008/2009.
Este descenso, junto con una previsión de consumo interno y externo que podría superar los 1,32 millones de toneladas, puede reactivar los precios y supondría un importante revulsivo para el sector.
En esta previsión sólo queda pendiente de ver cómo influyen en la recuperación de precios las alrededor de 530.000 toneladas de aceite en stock, un volumen un 20% más alto que la campaña anterior.
A pesar de ello la tendencia puede ser alcista si se consideran los últimos datos de la Agencia Española del Aceite de Oliva que certifica un aumento del 11% de venta en los ocho primeros meses del año, un dato que se eleva al 19% si se compara con la media de las cuatro campañas previas.
El fuerte repunte de las exportaciones ha jugado un papel fundamental en este tirón de las ventas, mientras que el consumo interno ha crecido muy poco.
Estas tendencias podrían dar un cierto respiro a los olivareros españoles que arrastran desde la última campaña unos precios muy bajos debido a la alta producción y a la propia crisis.
Un cambio de tendencia debe reanimar este mercado y animar a los productores a realizar nuevas inversiones y movilizar el mercado laboral mediante el aumento de jornales; todo ello sin olvidar uno de los grandes retos del campo español, en particular en el sector olivarero, como es la mayor concentración de la oferta.
A pesar de su uso como producto reclamo por parte de varias cadenas de distribución, la fuerte crisis por la que está pasando nuestro país no ha permitido un despegue significativo del consumo. Todo ello con ingentes recursos públicos invertidos en su promoción.
De acuerdo con los datos publicados por Cooperativas Agroalimentarias baja casi un 10% con respecto a la campaña 2009/2010, siempre condicionada a una climatología sin fenómenos adversos extremos.
Son 1,26 millones de toneladas que, a pesar de la caída, continúa siendo una cosecha superior a las dos anteriores, en particular la 2008/2009.
Este descenso, junto con una previsión de consumo interno y externo que podría superar los 1,32 millones de toneladas, puede reactivar los precios y supondría un importante revulsivo para el sector.
En esta previsión sólo queda pendiente de ver cómo influyen en la recuperación de precios las alrededor de 530.000 toneladas de aceite en stock, un volumen un 20% más alto que la campaña anterior.
A pesar de ello la tendencia puede ser alcista si se consideran los últimos datos de la Agencia Española del Aceite de Oliva que certifica un aumento del 11% de venta en los ocho primeros meses del año, un dato que se eleva al 19% si se compara con la media de las cuatro campañas previas.
El fuerte repunte de las exportaciones ha jugado un papel fundamental en este tirón de las ventas, mientras que el consumo interno ha crecido muy poco.
Estas tendencias podrían dar un cierto respiro a los olivareros españoles que arrastran desde la última campaña unos precios muy bajos debido a la alta producción y a la propia crisis.
Un cambio de tendencia debe reanimar este mercado y animar a los productores a realizar nuevas inversiones y movilizar el mercado laboral mediante el aumento de jornales; todo ello sin olvidar uno de los grandes retos del campo español, en particular en el sector olivarero, como es la mayor concentración de la oferta.
A pesar de su uso como producto reclamo por parte de varias cadenas de distribución, la fuerte crisis por la que está pasando nuestro país no ha permitido un despegue significativo del consumo. Todo ello con ingentes recursos públicos invertidos en su promoción.
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