15/11/10

LA SARDINA


RESUMEN DE LA PESCA DE LA SARDINA EN MÁLAGA
Se hace un resumen histórico sobre la evolución de esta pesquería en la zona, viendo los cambios que se han producido a lo largo de los años. Se describe la flota actual, sus desplazamientos temporales y zonas de pesca habituales, así como los artes y sistemas de pesca utilizados.
Se analizan las capturas diarias en los puertos de Málaga (1985—1988), Fuengirola (1988) y Almería (septiembre 1982-octubre 1983), con especial atención a las especies objetivo: sardina
NOTAS HISTÓRICAS
El arte de cerco con jareta fue introducido en esta región a partir de 1910 y recibió el nombre de mamparra. Donde más se empleaba era en la provincia marítima de Almería. Utilizaban para esta pesca la luz artificial sobre el agua o el “faro submarino’ (Rodríguez Santamaría, 1923).
El uso de este arte promovió, al igual que en otros puntos del litoral español, controversias y disputas, achacándosele una labor destructiva sobre las poblaciones de peces. En realidad, el problema radicaba en la competencia que planteaba a los artes que tradicionalmente se utilizaban para pescar las mismas especies: el sardinal y la jábega. En estos años las jábegas eran los artes más utilizados en toda la costa. Rodríguez Santamaría (1923), censaba 472 en todo el sur de España siendo Málaga uno de los lugares donde más se empleaba.
Los problemas suscitados por la mamparra se intentaron corregir promulgando una serie de leyes que regularan su uso, características, vedas, etc.
SARDINA
El cuerpo de las sardinas es esbelto, comprimido, con escamas delicadas; el dorso es de color verde-azulado y en las regiones laterales y ventral son de tono plateado brillante. La cabeza está bien destacada, con la boca amplia, aleta dorsal corta y alta, anal baja, y caudal escotada. Las tallas de las especies de importancia pesquera están comprendidas entre los 17 y 18 centímetros que alcanzan a la edad de los 2 a los 3 años ya que es muy raro capturarlas de más de 20 centímetros de longitud y de 3 años de edad.
Las sardinas son peces que viven en aguas relativamente cálidas, con una salinidad normal de más o menos 36 partes por mil. Viven reunidas en grupos, formando enormes cardúmenes de millares de individuos. Comen plancton y por ello se les encuentra generalmente en las aguas superficiales bien iluminadas, donde abundan las formas microscópicas del fitoplancton. En su juventud realizan migraciones hacia la costa y a la orilla.
ECONOMÍA DE LA PESCA EN MÁLAGA
El sector pesquero malagueño hace aguas por el exceso de explotación La pesca apenas aporta 20,2 millones de euros al PIB provincial, el 12% del total pesquero andaluz.
Los puertos de Caleta de Vélez y Málaga lideran el volumen de capturas y de ingresos.
La sardina
gana al
boquerón
Aunque los malagueños sean conocidos en el resto de España como “boquerones”, la verdad es que lo que más se pesca en las costas malagueñas es la sardina. En 2002, se capturaron 3.391 toneladas de sardinas,
principalmente en los puertos de Vélez y Estepona. El boquerón ocupa el segundo lugar con 2.795 toneladas
durante el pasado año, siendo Málaga capital su principal puerto. El pulpo, el jurel, la bacaladilla y la gamba les siguen a gran distancia.
ESPETO DE SARDINA
El espeto de sardinas, técnica de asar este pescado a la leña ensartado en cañas, constituyó a finales del siglo XIX un manjar para la alta sociedad, fue sustento de los humildes habitantes de Málaga y se mantiene como uno de los platos más demandados en los chiringuitos de la Costa del Sol malagueña.
Por aquel entonces, las gentes que vivían cerca del mar se dedicaban a la pesca y se conformaban con la mercancía sobrante para su consumo propio, conocida como "bastina", sobre todo en la barriada marinera de El Palo.
Los malagueños acudían a la playa para pasar un día de descanso, aunque el Real Camino de Granada -vía que discurría en paralelo a la costa- comenzó a atraer a gentes de otras clases burguesas que buscaban degustar los espetos de sardinas de Miguel Martínez, quien creó en 1882 el merendero La Gran Parada.
El establecimiento paulatinamente despertó la atención en la ciudad, y su dueño recibió en enero de 1885 la visita del monarca Alfonso XII, quien se desplazó a la provincia para conocer de primera mano los destrozos provocados por un terremoto en la comarca de la Axarquía.
El experto en cocina tradicional Fernando Rueda comenta a Efe las palabras que "Migué el de la sardina", como lo conocían los vecinos, pronunció al observar que el rey se comía el "pescaíto" con cuchillo y tenedor: "Majestad, asina no, con los deos".

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