Es una ciudad portuaria, marinera y comercial pero, sobre todo, alegre y viva. Sus peculiares calles y jardines nos agradan y nos fascinan. El océano rodea la pequeña península en donde se enclava la ciudad, casi como si fuera una isla. Paseando por sus calles estrechas y apretadas podemos visitar la Catedral (ver la imagen) que es muy diferente a la gran mayoría de las catedrales españolas. Cruzaremos por plazas, como las de San Juan de Dios, Mina, Constitución, España, Mentidero,... construidas con estilos diferentes entre sí.
Merecen una visita las iglesias, como las de Oratorio de San Felipe Neri, San Antonio, El Rosario, Santo Domingo, San Francisco, Santa Catalina, El Carmen..., y sus edificios más significativos, como la Diputación, que es un palacio de grandes proporciones, la antigua Cárcel Real y la Torre Tavira.
También sus museos son dignos de ver: el Histórico Municipal, el del Mar, el Arqueológico y de Bellas Artes.
En febrero la población gaditana celebra el Carnaval en el Gran Teatro Falla. Y en primavera resulta fascinante contemplar las procesiones de Semana Santa en sus estrechas calles. Durante el verano disfrutaremos de sus playas que rodean la ciudad.
Merecen una visita las iglesias, como las de Oratorio de San Felipe Neri, San Antonio, El Rosario, Santo Domingo, San Francisco, Santa Catalina, El Carmen..., y sus edificios más significativos, como la Diputación, que es un palacio de grandes proporciones, la antigua Cárcel Real y la Torre Tavira.
También sus museos son dignos de ver: el Histórico Municipal, el del Mar, el Arqueológico y de Bellas Artes.
En febrero la población gaditana celebra el Carnaval en el Gran Teatro Falla. Y en primavera resulta fascinante contemplar las procesiones de Semana Santa en sus estrechas calles. Durante el verano disfrutaremos de sus playas que rodean la ciudad.
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