5/11/10

La Pesca del Boquerón


Hola, a todos:
Mi tema elegido es la pesca del boquerón. A continuación os haré un pequeño resumen, que iré ampliando poco a poco, pero tenerme paciencia.




INTRODUCIÓN
N
o cabe duda que los mejores tipos de boquerones se capturan en el mediterráneo español y proceden de la bahía de “El Rincón de la Victoria, pueblo malagueño que reclama con toda justicia la capitalidad del boquerón (Son los boquerones pequeños y plateados óptimos para la fritura); le sigue los boquerones de los puertos pesqueros de Santa Pola y Torrevieja (Alicante), aunque en toda la costa española el boquerón es riquísimo.
El Boquerón es una especie gregaria (tiende a agruparse en colonias) que forma grandes cardúmenes (banco de peces) y que normalmente viven a más de 100 metros de profundidad.
Son parte importante de la cadena alimentaria marina, ya que sirven de alimento habitual a los grandes peces. Come plancton, larvas de moluscos y pequeños crustáceos, y de esta forma mantiene el equilibrio biológico y ecológico de las aguas.
· La pesca de altura se realiza lejos de nuestro litoral, sobre todo en la costa de África. Se pesca el atún, la merluza y el calamar. En la pesca de altura los barcos están varios días en alta mar.
· La pesca de bajura se practica cerca de todo el litoral andaluz, capturándose boquerones, sardinas y mariscos. En la pesca de bajura los barcos suelen regresar al puerto cada día.
Los principales puertos pesqueros son el de Huelva y Cádiz en el Atlántico y los de Algeciras, Málaga y Almería en el Mediterráneo.
HISTORIA
L
a historia de la pesca en Málaga es tan antigua como su ciudad. Tan remota como las civilizaciones que se asomaron al Mediterráneo. Y desde entonces, con el pasar de los siglos, los pescadores siempre han tenido un objetivo en mente: mejorar sus capturas, es decir aumentar la efectividad de sus redes y de sus barcos. Tan importante fue la huella que dejaron las distintas civilizaciones que, en muchos casos, aún se usan redes iguales o similares a las que introdujeron. Por ejemplo, los Tartessos trajeron el arte de almadraba concebido para la captura de atunes que pasan por el Estrecho de Gibraltar, y que aún sigue vigente en las costas gaditanas, aunque se extinguió en Estepona, donde se utilizaba para la melva y el bonito. El rastro es otro de los artes que se conserva tras el paso del tiempo. Se dedica a la captura del marisco, principalmente de moluscos bivalvos (con concha).
Las especies objetivo son la sardina y el boquerón; sus capturas han sufrido una serie de oscilaciones a lo largo de los años y el interés que presentan para la pesca ha cambiado a lo largo del tiempo, a raíz del aumento de precios registrado por el boquerón en los últimos 25 años, lo que ha hecho que esta especie constituya, en la mayor parte de los casos, la base para el sostenimiento económico de la pesquería.
Las cifras de captura de sardina y boquerón hacen referencia a los seis Distritos en que se dividía la provincia Marítima de Málaga: Estepona, Marbella, Fuengirola, Málaga, Vélez-Málaga (Caleta) y Motril.
Los caladeros habituales eran: el Placer de las Bóvedas, cercanías de Málaga capital y Benajarafe en la provincia de Málaga y las Llanas en Almería. Estos mismos untos de pesca son los más frecuentados en la actualidad, aunque El único caladero de boquerón que aún tiene una relativa importancia es el de la Bahía de Málaga.
En el curso de la década de los cincuenta la pesca en Málaga tuvo un gran auge. El puerto de esta ciudad fue utilizado por traiñas gallegas, valencianas y alicantinas, conjuntamente con las malagueñas, como punto de descarga de las capturas conseguidas en esta costa y en el Norte de África. La especie que ofrecía mejores resultados era la sardina. Málaga servía como centro de comercialización a la vez que desarrollaba la industria conservera ya existente, auspiciada por industriales locales y gallegos.
Las embarcaciones que se construyeron eran de mayor tonelaje y comenzaron a instalarse ecosondas (denominadas "radar" entre los pescadores). En Estepona lo llevaban varias traiñas en 1955.
Este proceso de gran actividad tuvo su declive en 1958, achacándose a varias causas; algunas de las más destacadas fueron:
* Jábegas y boliches continuaron actuando. Se transformaron disminuyendo su tamaño y centrando su actividad en la pesca de inmaduros (falso chanquete), utilizados. En gran parte para la elaboración de harina y abono.
* La pesca en Marruecos se vio dificultada tras la independencia de este país.
* Los rendimientos de la pesca local disminuyeron.
MARES SOBREEXPLOTADOS
P
ese a la gran tradición de la Pesca del Boquerón en la provincia de Málaga, la reducción de la flota en las últimas décadas ha sido brutal. Según datos reflejados en el ejemplar 'La pesca en el Mediterráneo andaluz', a principios del siglo XX los pescadores de Málaga, repartidos por las playas de Estepona, Marbella, Fuengirola, El Molino, Málaga, El Palo y Pedregalejo, Rincón de la Victoria, La Cala del Moral y Torre Moya, Torre del Mar, Torrox y Morche, Nerja, Benajarafe y Benagalbón sumaban 5.929 marengos. Hoy, todos los datos indican que no superan los 800. La flota de cerco está formada por sólo 46 traíñas mientras que la de arrastre cuenta con 62 embarcaciones, y el número marisqueros y otros artes menores siguen siendo muy fluctuantes, pero no superan los 150 barcos, según la Junta.
Los mares europeos, y entre ellos obviamente el mar de Alborán que baña Málaga, están sobreexplotados. El episodio del descenso brutal de anchoas en el Cantábrico es sólo la punta del iceberg de lo que podría ir pasando en el resto de los mares comunitarios si se mantiene el actual esfuerzo pesquero, según manifiestan los oceanógrafos. Por eso la política pesquera común inició un giro de 180 grados en el año 2003 destinando buena parte de los fondos IFOP al desguace de la flota. Y ahora culmina esta trayectoria con un objetivo mucho más ambicioso: proteger los recursos, tal y como explica la jefa de Pesca de la Junta en Málaga, Elvira Frapolli. «El caladero está muy mermado y eso se manifiesta cada día en la escasez de capturas que se ponen en venta en las lonjas. Independientemente de la subida del gasóleo, que viene a agravar la rentabilidad pesquera, el problema de raíz es que se están resintiendo enormemente las especies comerciales», puntualiza.
Por eso, la UE subvencionará a los pesqueros para que estén menos horas en el mar (más paradas biológicas, jornadas más reducidas, más días de descanso a la semana), a los que tengan redes más ecológicas, y por tanto mucho más selectivas (es decir dirigidas sólo a las especies comerciales para evitar los descartes, que es la devolución al mar de los peces no comerciales, generalmente muertos o moribundos); y para que cuenten con barcos menos potentes. En definitiva, para que la flota se ajuste a los recursos pesqueros. O dicho de otra forma, que la pesca sea sostenible, que se pueda mantener a lo largo de las próximas décadas. Estas medidas, obviamente, desagradan al sector, que lo que pretende es aumentar el nivel de capturas y por tanto, renovar la flota.
ECONOMÍA PESQUERA
Los recursos del mar son finitos, algo que a principios del siglo pasado sólo los científicos sabían, pero que los pescadores no intuían ni de lejos porque sus redes subían siempre rebosantes a cubierta. Parecía inagotable. En los primeros años de la pasada centuria cerca de 6.000 marineros vivían en Málaga de la pesca, una de las actividades más boyantes de la provincia, junto al comercio de ultramar que más tarde pusieron en boga industriales de la talla de los Heredia, que llevaron productos de esta tierra como las pasas, el vino o los cítricos a otros muchos puertos europeos donde había gran demanda.
Pues bien, en 1990 el censo de la flota pesquera malagueña bajó hasta los 1.500 marineros, según datos del Centro Oceanográfico de Málaga, en Fuengirola. Hay que recordar que en estas fechas los barcos de arrastre y los grandes cerqueros todavía iban a las aguas marroquíes a pescar cuando aún estaba vigente el convenio con el gobierno alauita.
De una tacada, cuando se acabó el convenio 400 pescadores perdieron su trabajo, y el paso de los años y nuevos desguaces en la flota fueron mermando la mano de obra hasta los actuales 867 pescadores, según datos de la Delegación de Agricultura y Pesca de Málaga. Y esta cifra seguirá en retroceso, ya que las autoridades pesqueras no dan más licencias para nuevos barcos, así que los que se desguacen porque sus patrones se jubilen y quieran acabar con la actividad, ya no volverán a la mar.

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