4/2/11

La fura del Baus en Málaga

La tragedia se masca en La Fura dels Baus
Los sabores y olores de la cocina de Mugaritz acompañan a la puesta en escena de 'Degustación de Titus Andrónicus'. La compañía catalana celebra en el Palacio de Ferias de Málaga un banquete para caníbales
La tragedia se masca en 'Degustación de Titus Andrónicus'. Y en sentido literal. El nuevo espectáculo de La Fura dels Baus se ve, se oye, se toca, se huele e incluso se saborea. El grupo catalán estimula por primera vez los cinco sentidos en la nueva propuesta escénica que convertirá el viernes (21.00 horas) y el sábado (20.00 horas) el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga en la sede de un banquete para caníbales.
La Fura adapta 'La lamentable tragedia de Titus Andrónicus' de William Shakespeare -en la que el emperador Saturnino se come a los hijos de la reina goda Tamora tras una larga guerra contra los godos del norte, liderada por el general romano Titus- y la adereza con la cocina en directo de los platos diseñados por uno de los grandes de los fogones: Andoni Luis Adúriz, del restaurante Mugaritz. «Así, cada parte de la historia tiene un olor distinto», explica Pep Gatell, director artístico de La Fura.
¿Por qué Mugaritz? Porque la Fura buscaba «un gastrónomo más que un cocinero: además de alimentar el estómago queríamos alimentar otras cosas», explica Gatell. Y lo encontró en el restaurante vasco. Tras siete meses de mano a mano entre cocina y escenario, nació 'Degustación de Titus Andrónicus' y su plato final: Demetrio y Quirón sacrificados o, lo que es lo mismo, cochinillo ibérico asado. «Es lo más cercano tanto por textura como orgánicamente a la carne humana», apunta Vidi Vidal, cocinero, actor y músico que se pasa hora y veinte tras los fogones junto con Javier Ahedo. «Pese a las 800 personas que te están viendo, el nivel de concentración tiene que ser siempre el mismo», afirma.
El plato se acompaña de cebada cocida, hierbas y un detalle final: «un pequeño toque de 'garum'». Para aproximarse aún más a lo que la élite tomaba en la Roma imperial, el equipo de Mugaritz investigó cómo se realizaba este apreciado condimento y localizó una empresa italiana que continúa realizándolo al modo tradicional: entrañas de pescado mezcladas con sal, vinagre, aceite, sal y algún que otro saborizante más. Málaga era una de las principales fábricas de 'garum' para todo el Imperio romano, por lo que el menú de la Fura, nunca mejor dicho, «va a estar en su propia salsa», ironizó Vidal. Los ingredientes principales de este ágape antropófago son Demetrio y Quirón y, por eso, el plato que se sirve está marcado a fuego con el símbolo de los esclavos godos.
Otros platos
Solo 28 privilegiados -elegidos por concurso en Internet (www.furatitus.com)- probarán a los hijos de la reina goda Tamora, pero pequeñas degustaciones pondrán sabor a la tragedia durante todo el montaje. Así, dos personajes que pelean por el poder de Roma intentarán ganarse el favor del público con sus sabores antagónicos: uno representará la sal (repartirá algas saladas) y otro, el azúcar (dará peras escarchadas). Además, las lágrimas de Lavinia, la hija de Titus, por la muerte de sus hermanos se convierten en uvas (u otro producto si es fuera de temporada). «Coincidiendo con el concepto de Mugaritz se presenta siempre la comida en sus elementos básicos, sencillos en el sabor», señala Vidal.
Con 'Degustación de Titus Andrónicus', la Fura vuelve a sus orígenes y coloca en un mismo espacio a actores, cocineros y espectadores. «Deben de estar atentos durante toda la obra porque pasan cosas entre el público, que estará de pie en todo momento», advierte el director artístico de La Fura. El recinto escénico se acota con cuatro pantallas gigantes en las que se proyectan constantemente imágenes. Gracias a ellas, el Palacio de Ferias «pasará de ser un recinto público a unas catacumbas con un click».
Un trailer de 18 metros trasladará todo el material a Málaga. Allí viajarán los diez kilos de cochinillo ultracongelados por Mugaritz para elaborar en vivo y en directo el último paso de su preparación: separar la carne del jugo, hacer el acompañamiento y presentarlo «con la calidad que corresponde». En cada plaza, se hace también una obligada visita al mercado para comprar alimentos frescos y completar el menú. Es la primera vez que el teatro de La Fura dels Baus se abre a la gastronomía, pero parece que le ha cogido el gusto. «Estamos empezando a descubrir este fenómeno», concluye Gatell.

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